Las estrías están causadas por la fragilización y el estiramiento de la piel. Suelen aparecer tras una ruptura de las fibras cutáneas, provocadas por las tensiones mecánicas y los cambios hormonales. Rojas y estiradas al comienzo, se hunden y blanquean al cicatrizar.
Suelen aparecer en la adolescencia o en caso de cambio brusco de peso. Con ocasión de un embarazo, principalmente en las últimas semanas, las estrías tienen tendencia a desarrollarse en la parte del bajo vientre y en la zona superior de los muslos.
El enfermedad de Cushing, un mal hormonal raro, favorece la aparición de las estrías. Conviene saber igualmente que la ingesta a largo plazo de cortisona o el uso inapropiado de corticoides pueden estar también en el origen de la aparición de las estrías.
Prevención y tratamiento
Durante el embarazo, es indispensable hidratar bien la piel para que no pierde su elasticidad y su flexibilidad. Los laboratorios especializados en la elaboración de cuidados para futuras mamás, como Alphanova y Mustela, ofrecen cremas antiestrías, eficaces para prevenir, y como tratamiento de las estrías que ya han aparecido sobre la piel.
Este tipo de cuidados es indispensable a partir del tercer mes de embarazo. Para disimular las estrías, el maquillaje y la crema bronceadora son soluciones interesantes. En este caso, habrá que renovar la operación cada vez que contáis con dejar al aire ciertas partes de vuestro cuerpo.
Tratadas desde el comienzo de su aparición, las estrías pueden reducirse. Para los tratamientos localizados, las cremas a base de retinol y de vitaminas E y A favorecen la producción de colágeno. Refuerzan las flexibilidad de la piel para atenuar las estrías. Una crema a base de elastina o de colágeno, ayuda a disminuir las cicatrices.
En cualquier caso, siempre está la posibilidad de recurrir a la cirugía estética, que propone la microdermoabrasión para alisar y corregir la piel. Hay tres tipos de láser que se utilizan para conseguir el mismo efecto: el láser colorante, el Erbium Yag, y el láser CO2.