Aunque podemos comprar manzanas durante todo el año, ya que existen cientos de variedades que podemos ir encontrando en el mercado a lo largo de las distintas estaciones, las manzanas que llegan en estas fechas son las más frescas y de mejor sabor. Hoy os queremos hablar de las propiedades y beneficios de esta fruta, perfecta para comer a cualquier hora, y deliciosa si la añadimos a nuestros postres o ensaladas.
A lo largo de la historia, la manzana ha sido un fruto simbólico. En la Biblia aparece como el fruto prohibido que provocó la expulsión del ser humano del paraíso, y a través de la mitología griega la manzana pasó a la historia como la conocida “manzana dorada de la discordia”, al dar lugar ésta a la Guerra de Troya.
Podría decirse que el cultivo de la manzana es tan antiguo como la humanidad. Se cree que ya existían manzanos en la prehistoria, según demuestran restos arqueológicos encontrados en excavaciones neolíticas. En tiempos del faraón Ramsés III el manzano se cultivaba en los fértiles valles del Nilo. Serían los conquistadores españoles, en el siglo XVI, quienes extendieron el cultivo de la manzana al Muevo Mundo. Y desde Iberoamérica, un siglo después, el manzano emigraría a América del Norte, y después a África y Australia.
El manzano se cultiva prácticamente en todo el mundo. Existen muchas muchas variedades de manzanas, las más conocidas son: la Golden Delicious, la Red Delicious, la Starking, la Reineta, la Gala, la Fuji, y la Granny Smith.
Propiedades y beneficios
Desde el punto de vista nutritivo, la manzana es una de las frutas más completas y enriquecedoras. Un 85% de su composición es agua, por lo que resulta muy refrescante e hidratante, y además la convierten en una fruta muy usada en dietas.
Por su composición y propiedades, la manzana es un fruto que tradicionalmente se ha considerado beneficioso y la sabiduría popular siempre le ha atribuido virtudes saludables. En la composición de la manzana destaca su aporte de fibra, potasio, calcio, fósforo, magnesio, hierro, y vitaminas A, B3 y E.
Además, destacan otros componentes como la pectina, que actúa como una fibra soluble, ayuda en la disolución del colesterol, y es una buena arma contra la diabetes. Y destaca también el aporte de aminoácidos que tiene la manzana y que incluye aminoácidos esenciales como la cisteina, que elimina las toxinas del hígado; la glicina, responsable del sistema inmunitario; la arginina, necesaria para el crecimiento muscular y la reparación de los tejidos; la histidina, que combate la anemia, la artritis y es muy útil para las úlceras; o la lisina, que interviene en la producción de anticuerpos, la construcción de los tejidos y la absorción del calcio.
Entre los beneficios de la manzana, destaca que esta fruta es un gran aliado contra el colesterol.
La manzana además posee una gran capacidad antiinflamatoria del aparato digestivo, así como antidiarreica, laxante y reguladora del intestino. Por estas razones nos la suelen recomendar en las dietas para casos de gastroenteritis. En estas circunstancias será bueno tomarla rallada, ya que así nos ayudará mejor a regenerar mejor la de inflamación y desarreglo del estomago, intestinos o de las vías urinarias.
También la manzana es diurética, depurativa, y muy adecuada en casos de obesidad, enfermedades reumáticas y adecuada para eliminar las toxinas que se almacenan en el cuerpo. Es también un antiácido y un sedante natural, ayuda a rebajar la fiebre, y es un fruto anticatarral que sirve como remedio natural ante dolencias de garganta.
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