Como ocurre siempre en estos casos, habrá muchos que no estén de acuerdo con la conclusión de estos investigadores, que sostienen que no es verdad eso de que el currículum vitae le entra a algunos responsables de personal por los ojos. Y que en el fondo son pocos los que empiezan a indagar en la relación de masters, idiomas y conocimientos informáticos de la aspirante por la cara que corona la hoja de petición de empleo.
Nada de eso. Según una investigación realizada por economistas de la Universidad Ben Gurion de Israel, publicada por la Social Science Research Network, la belleza no abre puertas en el mercado laboral, sino que las cierra. Al menos para ellas porque –y ésta es la otra conclusión sorprendente del estudio- en el caso de los hombres es justo al contrario.
Las mujeres guapas tienen entre un 20 y un 30 por ciento menos de posibilidades de éxito en las entrevistas de empleo, según este estudio. Por el contrario, mientras a los hombres “del montón” les dan calabazas en una media de 10 currículos hasta que consiguen que alguien les reciba, los atractivos apenas necesitan cinco intentos para conseguir una respuesta favorable.
El estudio se llevó a cabo mediante el envío de 5.312 pares de curriculum vitae a 2.656 anuncios de trabajo de Israel. En cada uno de ellos se enviaba una versión con foto y otra sin ella, alternando la de un hombre guapo y la de otro poco agraciado, y lo mismo en el caso de las mujeres, según recoge la página online de ciencia Tendencias21.
Pues bien. Los hombres atractivos recibieron una tasa de respuestas del 19,9%, un 50% más de media que los hombres poco agraciados (once currículos los primeros para obtener una cita, frente a los cinco de los segundos), mientras que las mujeres agraciadas recibieron menos respuestas que las mujeres no atractivas.
De hecho, los CV’s de mujeres que tuvieron más acogida en los departamentos de recursos humanos fueron los que no incluían fotografía, ya que registraron una tasa de respuesta un 30% más alta que las guapas, pero también un 22% que las feas.
Los autores del estudio señalan que “estos resultados acerca de la penalización que se da a las mujeres guapas contradicen la literatura actual sobre el comportamiento de las organizaciones en lo que al atractivo tanto de hombres como de mujeres se refiere”.
Dicho de otra manera, y si quiere hacer caso a este estudio, renuncie a hacer uso de las armas de mujer, al menos cuando envía el currículum, y omita la fotografía en la solicitud. Aunque eso dependerá mucho de quién le haga la entrevista.
“Las guapas, lejos de la oficina”
Los economistas que han llevado a cabo el estudio se aventuran a lanzar una explicación a estos resultados: el elevado número de mujeres encargadas de los procesos de selección de personal. En este trabajo de campo, desde luego, comprobaron que en el 96% de los casos quienes filtraron los currículos fueron mujeres (de una edad media de entre los 23 y los 34 años) y generalmente solteras (en un 67% de los casos).
Estas características tienden más a asociarse con el recelo que provocan las competidoras atractivas y jóvenes en el lugar de trabajo, según explican los científicos. A juicio de Ruffle, las evidencias obtenidas “sugieren que sería la inquietud de las mujeres por la presencia de mujeres atractivas en el lugar de trabajo la razón más importante de la desventaja de estas últimas en posibles contrataciones”.
¿Será entonces verdad que el único mito que sigue vigente es el de que ellas quieren a los guapos en sus oficinas y a las guapas lo más lejos posible?
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