Las revistas, la televisión y el cine nos muestran rostros sonrientes de actrices y modelos que decidieron modificar la forma de sus labios, buscando mayor sensualidad. Esto, que pareciera ser una decisión menor o un detalle poco trascendente del aspecto facial, algunas veces tiene malos resultados cuando no se realizó un previo asesoramiento.
El rostro es uno de las zonas del cuerpo más preocupantes para las mujeres, por lo que resulta un contrasentido que no se requiera información detallada antes de tomar una decisión que impondrá cambios -a veces definitivos- en su apariencia original. Actualmente, existen elementos técnicos, como la digitalización fotográfica por computadora, que permite visualizar, anticipadamente, la nueva imagen que adquirirá el rostro luego de la modificación anatómica de los labios, propuesta y proyectada por el cirujano. Esta herramienta auxiliar le otorga dinámica propia al proyecto quirúrgico, al permitir programar grosor, proporcionalidad antropométrica y, por consiguiente, la participación en el aspecto facial general que tendrán ambos labios a posteriori del implante.
La elección del producto a utilizar exige el asesoramiento imprescindible del profesional y el conocimiento y autorización de la paciente, como uno de los puntos de la consulta informativa previa al procedimiento.
Dentro de las opciones disponibles, entre los elementos más utilizados se pueden mencionar algunos como el colágeno bovino (Ziplast -Ziderm), el auto-colágeno, el Arte col, el Bioplastic, el ácido hialuróni-co (Restilene) o Goretex. Algunos de estos productos pueden ser usados de inmediato y otros, en cambio, necesitan un test de no menos de 45 días, como en el caso de Ziplas o Ziderm.
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